viernes, 3 de agosto de 2007

El olfato de los perros

Este sentido les ha ayudado a afianzar su amistad con el hombre, al que ayuda a seguir rastros de desaparecidos o a encontrar drogas y armamento. Lo último, nos llega desde Chile, donde un perro, Rex se llama, se ha convertido en el trabajador estrella de la eléctrica Chilectra gracias a la facilidad con la que detecta las averías.


El olfato es, junto al oído, el sentido más agudo de los canes. Todo gracias a que su membrana nasal mide de media unos 2 000 centímetros cuadrados, frente a los 165 centímetros de las personas. Cuanto más grande es el perro y su hocico más largo, mayor será su capacidad para detectar olores. A tener un mejor olfato que la mayoría de los mamíferos también ayuda el que sus cavidades nasales estén orientadas hacia el frente de tal forma que su campo olfatorio es más amplio.

Para estos animales es fundamental el sentido del olfato para relacionarse con su entorno; su nariz sería lo que para nosotros los ojos. Fíjese, si tiene perros, cómo cuando entra alguien extraño en casa, lo primero que hacen estos es olerlo. Cuando lo sacan a pasear, suele ir oliendo todos aquellos lugares en los que antes otro perro orinó. No es algo estúpido. De esta forma reconocen que ese territorio está marcado por otro perro que anteriormente dejó una huella olorosa. Si en los humanos es tan importante el sentido de la vista en el cortejo, en los perros es el olfato ya que los estímulos olorosos que desprende la hembra cuando está en celo es lo que despierta el apetito sexual del macho.

Pero este tema quería traerlo aquí porque el otro día paseando con mi perra, está se acercó a olisquear un contenedor de basura que olía precisamente a eso. Entonces pensé: si su sentido del olfato está más desarrollado que el nuestro, ¿cómo es posible que continúe oliendo el contenedor? ¿Será que aunque para nosotros ese olor es desagradable, para ellos no lo es? ¿Hay olores que les molestan o no les dan más sentido que el de guías en su camino por las calles?