miércoles, 6 de junio de 2007

Mal día.

Siento desánimo al comprobar que lo que parecía el fin no ha sido más que un punto y seguido. Me angustia pensar en los que que están angustiados por la falta de libertad en la dictadura de las pistolas. Saber que la irracionalidad puede volver a dominar me provoca impotencia. Admito que no sé expresar lo que siento, aunque sí lo que quiero: que las armas sean de juguete, que lleguemos a acuerdos con palabras (no con balas ni bombas), que la libertad sea la dominante y que construyamos un mundo mejor para el mañana. En esta vuelta a empezar sólo me queda una esperanza: lo que en algún momento comienza, en otro ha de terminar. Espero que sea muy pronto.

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