Aquí comienza la lucha por ser como la modelo de Nueva York o el chico del anuncio de colonias (perdón, perfumes). Aunque no seamos conscientes, aunque pongamos un mayor o menor empeño, luchamos por alcanzar ese ideal Si no es por nosotros mismos (en la mayoría de las ocasiones la razón no somos nosotros), lo hacemos por los demás, porque aquellos han entendido que eso es lo deseable. Y en este punto, hay dos salidas: atajar el problema o no considerar nuestro físico cómo tal.
Estas dos opciones son las que en estos instantes se ofrecen a espectadores insatisfechos con su imagen (y, si me permiten, con cierta dosis de exhibicionismo) en dos programas de la televisión española: Cambio Radical en Antenta 3 y Desnudas de Cuatro. El primero ofrece un “cambio de vida” fácil y sencillo: dos meses de separación de los tuyos, operaciones varias y tú vida es maravillosa (o, al menos, eso defiende su presentadora). En el programa de Cuatro, se busca que aquellas intrépidas que se sometan al “experimento” se den cuenta de que su cuerpo no es tan defectuoso cómo imaginan, que pueden sacarse partido con una blusa larga o una falda corta.
Dos programas que han abierto el debate sobre la conveniencia o no de decisiones drásticas (cómo puede ser una operación de estética) para conseguir un físico diez (o, lo que ahora, a 28 de abril de 2007, se considera un cuerpo espectacular). Sin embargo, no ha habido preguntas ni conclusiones sobre la importancia excesiva de la imagen en nuestros días. Debe ser que eso se da por hecho.
3 comentarios:
La biología dice que nacemos, nos reproducimos y morimos. Bien mirado lo único sustancial es lo de en medio. Y la reproducción se estimula con la imagen.
El problema es que la gente que va a estos programas confunde los términos. Dicen sentirse mal, por su imagen. Lo que necesitan es reproducirse mas. Y para eso lo que necesita es quitarse las inhibiciones que no están fuera, sino dentro.
¿Lo del "medio", la reproducción, es lo sustancial de la vida? En fin. Si lo analizamos fríamente, sin más matices ni dilaciones, y sobre todo, sin emociones, tienes un poco de razón. Por ejemplo, el pavo real despliega su precioso plumaje para cautivar a sus posibles. Pero hoy día parece que no sólo afecta a nivel reproductivo; la belleza conmueve a más de un órgano, sin embargo también implica el hecho de no gozar de las mismas expectativas de trabajo, de ascenso/reconocimiento en la escala social, incluso dentro del ámbito familiar. Parece que es más “tolerable” o “aceptable” una discapacidad psíquica o física antes que una falta de “armonía” física, allá cada cual con lo que entienda por armonía y/o belleza.
Los medios de comunicación en el mundo occidental (el que conozco) incentivan a gran escala toda esta miseria. Particularmente me impactó una de las historias de uno de estos programas, concretamente en 'cambio radical'.
Una chica de unos veintitantos años, de un pueblo de Extremadura, no estaba satisfecha con su imagen (yo me pregunto si era realmente ella o el entorno que la rodeaba). Según la redacción, dirección o presentación del programa en cuestión, todo ello le sumía en una profunda tristeza. Pero gracias a la cirugía iban a aportarle seguridad y una nueva manera de ver la vida. Tras ese período de reclusión de dos meses y tras una serie interminable de operaciones, “la típica mujer de pueblo por fin había conseguido convertirse en una mujer capaz de triunfar en la vida”.
Lo mejor fueron los comentarios de los familiares y de las amistades: "Es Ely pero en guapa" o "Ella interiormente es encantadora, de ahí su complejo de inferioridad" o "Independientemente que yo tenga los ojos azules, a mí me gustan más los ojos de ella".
Buena forma de instruir a la sociedad, sí señor. Para qué preocuparnos por las hipotecas, el acceso a una vivienda digna, por un trabajo estable o por una educación/formación “adecuada”, si al fin y al cabo lo que importa es incentivar y aumentar la tasa de reproducción en el mundo occidental, y de camino, limpiar de todo inmigrante que, aunque contribuyen al crecimiento despavorido de dichas tasas, nos quitan puestos de trabajo.
Quizá esta preocupación por la imagen se da porque cuando los problemas "internos" (entendiendo interno como esencial para una persona, grupo o sociedad) son tantos y de solución complicada, nos empezamos a fijar en cosas superficiales. Intentamos estar bien por fuera para disimular nuestras carencias interiores.
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